Árbol de la Ciencia (desacralización)
En 1961, en Nueva York, George Maciunas,
nacido en Lituania en 1931, acuñó el término Fluxus (flujo de la creación, flujo de la vida), para bautizar un movimiento internacional que iba a mostrarnos un nuevo modo de vida impregnado de una soberbia libertad de pensar, de expresar y de elegir. Podría haber escogido cualquiera de los carteles, collages y obras de este revolucionario antiartista,
pero no he podido resistir la tentación de retomar el cartel con el que me fotografié en el MOMA de New York en 2010.
Se trata del cartel del Festival Fluxus que organizaron en su sede del SoHo de New York, en el 80 de Wooster street.
Me llamó especialmente la atención la postura del personaje retratado, con un brazo que bien podría estar haciendo el saludo republicano español con el puño cerrado sobre la sien.
O bien podría estar mostrándonos la fuerza de sus bíceps.
Es una imagen cargada de mucho simbolismo, de fuerza, de decisión, de valentía, de innovación, de libertad. De poesía y de política.
La pequeña urna de madera que contiene este ensamblaje sería construida seguramente en los años del nacionalcatolicismo, esos mismos años en que Maciunas y sus amigos comenzaron a desacralizar el mundo con Fluxus. La adquirí este verano en Úbeda.
En el techo de la urna aparece un ratón de ordenador. Simbolizando el flujo desde ese oscurantista tiempo donde el arte, la expresión, la vida, la política y la sexualidad estaban impregnadas de oscura religiosidad, hacia la sociedad actual donde aunque no han desaparecido los privilegios de la institución catolicista, al menos sus efectos en la cotidianidad se han mermado mucho. Y mucho ha tenido que ver el arte y la poesía. Junto, claro está, con los movimiento sociales, laicistas, de liberación sexual y homosexual, sindicales y políticos. Internet también ha contribuido a la libertad de pensar, de expresar y de elegir.
La base de la urna está cubierta con granos de arroz. Con el arroz simbolizo la energía y la interculturalidad. Las semillas son muestras de fertilidad, de futuro, de flujo.
Y en el centro de la urna, que en un principio estaba destinada a una escultura que representase a un santo o una virgen, ahora hay un “árbol de la ciencia”.
Ya Ramon Llull, filósofo y poeta, en el siglo XIII escribió una inmensa enciclopedia del conocimiento titulada “El árbol de la ciencia”.
Y a lo largo de la historia ha sido representado de innumerables maneras y con innumerables características. En mi assemblage el tronco son cartuchos de tinta de impresora, la copa son diversos pedazos de madera ensamblados en torno a una antigua horma.
Los persas consideraban las vetas de la madera como portadoras del fuego y la vitalidad.
Ciencia, vida, energía, interculturalidad, fuerza, poesía, futuro, libertad, flujo. Desacralización.
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